DIARIO DE... “Un Enfermo”Entre “toma el termómetro” y “qué tal la noche”
despierta el cojo de la cuatro once
Maldice, balbucea un “joder macho”
mas dormir y menos mamarrachos
Mientras traspies en vena me desbelan
Las enfermeras calientabraguetas
que nunca aprenderan a coger vías
mas estrechas que las del canal
que pasa por sus tetas
Pasa la vida con el dolor desde una habitación pequeña de un hospital grande y mientras yo sufro, por estar aquí dentro mas que por dolor, otros que están fuera tiran la vida desgranándola tarde a tarde haciendo mucho de nada o haciendo el tonto, o fomentándo que se haga el tonto.
Mientras tendido hago nada, veo lo poco que los demas hacen depie. Veo a Jiménez Losantos y a César Vidal insultándo a una ministra por su forma de vestir, sus piernas y su pelo y diciendo luego “¿Somos machistas por cgiticar a una ministga? ¡¡¡Qué tontería!!!
Una vez mas vuelvo a ver la tele demasiado y a ver cómo los unos, tan estúpidos como siempre tiran piedras sobre su propio tejado y los otros aprovechan la torpeza de estos para anotarse el punto, pero sin argumentar nada.
Es la historia de siempre, la de las dos Españas, la España del ojo por ojo y la del diente por diente.
No tiene la culpa Zapatero, Franco ni Azaña, la culpa la tiene un pueblo que va detrás sin preguntarse ¿Qué hacen estos? ¿Juegan al tenis? ¿Porqué no aunan fuerzas y buscamos una España mejor? Y un sinfín de preguntas que te dicta la lógica al ver estas batallas tan frecuentes.
Izquierda, derecha, corazón, dinero, socialismo ¿Dónde estás?, arriba España, Salud mono azul, te mato masón, a por la tercera... Todo eso son las dos Españas, porque hoy lo que existe es el fenómeno del “comeollas” que da para mucho en próximas entradas.
Y con todo esto “mi pobre corazón de hierro” de veinteañero estudiante se artó de estar arto de un país con una mierda de política, por eso nunca me convencieron para votar esos sabios que lo arreglan todo con la droga diciendome: “Si no votas no te quejes”, por eso nunca me convencieron, por eso yo decía: “Sí, los cojones”
Piiii, Piii llaman al enfermero y no responde, fijate, y eso que estoy en una clínica privada, que aún a riesgo de parecer un burgués de derechas, está de puta madre, ni en lo mas mínimo se corresponde el trato, la amabilidad, la simpatía, el trabajo rápido y bien hecho... Ni en lo mas mínimo se parece un hospital privado a la mierda a la que yo solía ir antes de aprovechar ese inventazo “la mutua”.
“Pues yo pondría que en los hospitales privados la gente no tenga puesto seguro por oposiciones porque así se confían y no trabajan los mamones”. Pues hombre la verdad es que jode estar medio muriendote y quee no te miren, pero así está la policía, el profesorado y una larga lista de gentuza que trabaja para el estado y sabiendose seguro ganador del pan se levanta diciendo: “IR, IRÉ A TRABAJAR, PERO LO QUE ES TRABAJAR VA A TRABAJAR EL TATO”
Por eso supongo que aquí están los grandes cirujanos, porque aman lo que hacen y eso te hace grande.
Mientras los zuecos de las enfermeras estruenan con su correteo por los pasillos temiendo que el de la 425 no piensen que han tardado y miro la tele y compruebo como luchan Marisol y la carroña sobre la pobre niña sevillana, por un share que sabe a mierda.
Lo de la chavala asesinada está tan presente todo el dia y tratado tan sensacionalista que parece que eres tu el loco, el único que se da cuenta de que se están aprovechando de algo que no debería y nos intentan sacar lágrimas constantemente.
En el programa de Quintero entrevistan al pobre padre y con lo que me quedo es con que tiene reflexiones sobre todo y eso no es bueno, eso es un indicativo mas de los dos meses que lleva pensando en todo, dos meses en que cuando te hablan ves a tu hija, cuando te acuestas piensas qué habría pasado si... Lo has pensado todo y tu hija esa noche en tu mente ha trazado mil caminos y tomado mil decesiones diferentes y solo una la llevaba a la muerte. Qué duro eso de vivir pensando en “lo que pudo haber sido y en lo que nunca será”.
Y llega la enfermera y me cambia el calmante que ya empezaba a notar el olor del aire, y Pepa Flores dice que no se quiere volver para Málaga y yo vuelvo a pensar qué hubiera pasado si la tarde en la que me rompí la pierna hubiese salido tarde de casa, porque la madre de Darío ese día hubiese salido antes del trabajo y hubiese cogido antes el coche sin pillar carabana y hubiese llegado a recoger a su hijo 5 minutos antes de quehubiese acabado la clase y yo no me hubiese roto la pierna jugando con 2 niños que esperaban a sus madres tras la clase, o que yo no hubiese ido a clase porque se me pichase una rueda, o que yo no hubiese dado por concluida la clase 5 minutos antes y hubiesen tirado penáltis hasta que todas las madres hubiesen llegado,... Pero como decía una canción de regueton “lo que pasó, pasó”.
