La eficaz ineficacia

Suele ocurri que cada vez que andas dos metros, te hacen un visado, pasaporte, una tarjeta, una acreditación, o algo que te sirva para hacer algo que de toda la vida se hizo sin necesidad de tarjeta ni nada por el estilo, pero qué menos se puede pedir de la era de la tecnología.
Te haré una web y te informarás desde aquí... Sacame dinero desde el cajero... Mandame un sms y me lo confirmas...
Pero en el lado feo de la historia, los pobres internautas poco hábiles, tenemos que sufrir un ordenador colgado, una linea fuera de servicio, un boton que no encontramos, y así hasta una interminable lista de percances que te tocan la moral y otros lugares.
Las tecnologías se están utilizando para mejorar y agilizar muchos trámites de nuestra vida (ir a la seguridad social con nuestra tarjetita, sacar dinero con ellas en el banco...)
Pero pasa lo que pasa, y las máquinas se equivocan como buenas máquinas, pues al fin y al cabo, no son chinos trabajando en un Wok. Y aquí empieza ese efecto cangrejo que hace que las cosas que me deberían ser mas simples se me compliquen cuando a mi casa llegan 2 tarjetas de la seguridad social por error, y me mandan las pruebas y citas por duplicado, cuando en el minuto 88 de un partido al TDT se le ocurre marcharse detrás de una maldita moto y dejarme colgado como internet cuando a Telefónica le salía del alma, o como en otros millones de casos en los que las cosas que te debían solucionar la papeleta, te la han jugado y te la han complicado hasta que has recurrido al metodo tradicional (apagar el tdt, ir a la casa del vecino a mirar algo en internet, o a veces quedarte con ese nudo en la garganta que muchas veces nos producen las tecnologías eficaces).