La muerte, sin ningún tipo de intermitencia sigue trabajando a destajo día tras día en este mundo donde quien no muere mata. Una vez mas, una noticia importante se nos anuncia, una muerte, pero no es una muerte cualquiera, -y eso que no creo que la parca entienda de colores ni personalidades- pero esta como he dicho no es una muerte cualquiera, es nada mas y nada menos que la muerte de Osama Bin Laden... dejo segundos para pensar y así de primeras no se sabe si es buena o mala noticia, por cruel que parezca.
Muere el hombre responsable de la muerte de muchas personas, muere un terrorista, muere un ser despiadado, o muere una gran persona, podremos oir, ya sabemos que hay opiniones de todos los tipos. Pero al fin y al cabo muere un hombre, que seguro que alguien quiso alguna vez, y que seguro que de pequeño también se limpió los mocos en la manga, y se rió a carcajadas cuando un compañero del colegio se caia, y que seguro que alguna vez fué amado por alguien. Muere un hombre mas, y por despiadados que hayan sido sus actos, a mi jamás una muerte me produce alegría, y sin embargo un estadio de baseball al completo coreo con alegría las siglas U.S.A cuando se enteró del hecho (para los americanos esto ha sido como una pena de muerte a domicilio y retardada varios años).
Y me cuesta trabajo comprender que una sociedad en la que ya no se quiere matar a los animales, siga queriendo matar a otras personas. Nunca sabremos a dónde llegaría un toro si supiera manejar una bomba, sin embargo su muerte si la lloramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario