5/1/10

Cuando Nietzsche olió la rosa

"Quien no sepa oler una rosa, que no la juzge", bonita frase de Friedric Nietzsche, que biene a ser algo así como un simil para decir que aquellas cosas que no somos capaces de valorar, es mejor que las dejemos y no nos metamos con ellas, es algo así como "tu opinión no vale, no digas nada de eso sobre lo que no entiendes".

Probablemente al escritor no se le ocurrio esto en un momento en el que pasó y olió una rosa, como probablemente a mi no me salga un post medianamente en condiciones así por encontronazo con el teclado. Lo que diferencia a las personas, a parte de la genialidad, es el esfuerzo, y de eso no ando muy sobrado, Alá lo sabe.

La capacidad para ponerme aquí me la da una mente inquieta que queda a las 2 y pico de la mañana con los nervios y se van a ver la cabalgata de las horas muertas dando vueltas en la cama como dos reciencastrados. Esa falta de tranquilidad y no lo contrario es lo que me lleva a escribir lo que pasa por mi mente cada día mas vacía pro abundancia de estudios.

Mi mente en primer lugar, y en segundo esa capacidad para ponerme a buscar en ella lo poco que tengo. Lo mas que exprimiré será un zumo. Pero no es motivo de queja, me conformaré con que la salud no degenere y que el mundo me devuelva mis descaradas sonrisas en forma de discretos guiños listos para que yo los vea. Al fin y al cabo yo siento "el placer de lo cotidiano" con todas esas pequeñas cosas que me dicen que sigo bien.

Esas cosas como "las tetas de la Pataky en interviú", como "J.J. Santos mandando todo a tomar por culo sin que sepan que el micro estaba abierto, como que Telecinco con la Esteban se comió los mocos en vez de las uvas,..."

Desvario mas de lo que quiero.

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